Cuba y Estados Unidos iniciaron hace un año un proceso para restablecer sus relaciones, pero la aproximación entre estos dos antiguos enemigos de la Guerra Fría depende aún del levantamiento del embargo impuesto a la isla en 1962 por Washington.

Ambos países sorprendieron al mundo el 17 de diciembre del año pasado al anunciar simultáneamente el inicio de un proceso de aproximación después de medio siglo de ruptura.

En julio pasado, los dos países restablecieron sus relaciones diplomáticas y Cuba fue retirado de la lista negra estadounidense de "Estados que apoyan el terrorismo". 

De manera paralela, altos responsables, delegaciones de empresarios, deportivas y artistas estadounidenses han viajado a La Habana para tomar el pulso de la apertura pero también para darle un alcance simbólico a este proceso histórico.

Sin embargo, pese el espectacular anuncio de 2014 y un encuentro entre Obama y Castro durante la Cumbre de las Américas en abril en Panamá, el comercio bilateral sigue siendo limitado y la permanencia del embargo estadounidense dificulta aún la apertura económica de la isla, un proceso iniciado hace años por Raúl Castro.

Si bien Estados Unidos alivió un poco el embargo desde el anuncio del deshielo, los estadounidenses siguen teniendo prohibido invertir y viajar de turistas a la isla. Además, Washington amenaza con imponer grandes multas a las empresas con ramificaciones en Estados Unidos que tomen el riesgo de hacer negocios en Cuba.

Las empresas como Netflix y Airbnb que pudieron extender sus actividades en la isla este año fue porque autorizaron los pagos únicamente con tarjetas de crédito de bancos extranjeros. 

De su lado, "el gobierno cubano ha respondido de manera cautelosa a las iniciativas del gobierno estadounidense" para alivianar el embargo, dijo Jorge Duany, del Cuban Research Institute de la Universidad de Florida. 

"Muchas de las medidas unilaterales propuestas por el gobierno de Estados Unidos –como la autorización del transporte aéreo y marítimo, la exportación de tecnología de comunicación o las transacciones financieras relacionadas con el uso de tarjetas de crédito– aún esperan por acciones recíprocas del gobierno de Cuba", explicó.

¿Será cuestión de pusilanimidad? ¿Será falta de preparación? ¿Será falta de voluntad a ceder mientras el embargo siga existiendo? Los expertos manifiestan sus dudas sobre las motivaciones de La Habana a no ceder en esta pulseada.

- 'Ni McDonald's, ni libertad' -

Pese al aumento de turistas en la isla (15% más en el primer semestre de 2015), para la mayoría de los cubanos la situación  económica sigue siendo la misma. 

La periodista disidente Yoani Sánchez denunció este martes en un artículo titulado "Ni McDonald's, ni libertad" que "2015 prometía ser el año del despegue económico y de la apertura, pero doce meses después los hechos se quedan muy lejos de las ilusiones".

Este año, en varias ocasiones, Obama expresó su voluntad de levantar el embargo, pero la decisión está en manos del Congreso, de mayoría republicana y hostil al acercamiento con La Habana.

Los republicanos le reprochan a la Casa Blanca de conceder mediante esta aproximación una carta libre a las prácticas de las autoridades castristas.

Pero Obama ha querido demostrar a sus conciudadanos que este cambio venía acompañado de una nueva estrategia ante la isla, con una mirada atenta a los derechos humanos.

El lunes, el mandatario reiteró que está "muy interesado" en visitar Cuba pero únicamente si las condiciones son apropiadas y si se verifican "progresos en las libertades de los cubanos". 

Para Cuba, las libertades públicas atañen a la "soberanía nacional" pero La Habana ha aceptado iniciar conversaciones siguiendo el modelo de otras negociaciones llevadas a cabo con Washington sobre los conflictos financieros o de inmigración. 

La cuestión migratoria preocupa bastante a La Habana porque el acercamiento con Estados Unidos ha provocado una ola de partidas de cubanos hacia ese país.

Este fenómeno se explica porque la mayoría de los emigrantes teme que se ponga fin al régimen especial de inmigración que beneficia a los cubanos que se radican en el vecino país del norte.

Según el instituto Pew Research Center, más de 43.000 cubanos se han ido a Estados Unidos durante al año fiscal 2015, lo que equivale a un aumento de 78% en un año. 

Esta situación obligó a las autoridades cubanas a restablecer las restricciones de viajes a sus médicos, el 1° de diciembre pasado.

Ademas del fin del embargo, para terminar con el proceso de reconciliación, Cuba exige la restitución de la base de Guantánamo, ocupada por Estados Unidos desde 1903.