Ciudades alemanas podrán vetar circulación de automóviles diésel




Leipzig, Alemania.

En una sentencia pionera, la justicia alemana falló hoy a favor de que las ciudades del país puedan vetar en un futuro el uso de vehículos diésel en centros urbanos en aras de mejorar la calidad del aire y combatir los altos niveles de contaminación.

El Tribunal Administrativo de Alemania con sede en Leipzig, en el este del país, señaló no obstante que Düsseldorf y Stuttgart, dos de las urbes que habían anunciado su intención de prohibir el acceso de estos automóviles, deben llevar a cabo con proporcionalidad estas medidas restrictivas que buscan reducir las emisiones de gases.

En concreto, la sentencia emitida hoy establece un plazo de transición así como una aplicación gradual de las prohibiciones a la circulación de automóviles altamente contaminantes.

En Stuttgart, el acceso de coches diésel no se podrá vetar hasta el mes de septiembre y además se establecerán excepciones para quienes utilizan el vehículo por razones de trabajo, como distribuidores de mercancías o carpinteros y fontaneros.

"Se trata solo de algunas ciudades (...), no de todo el país y no afecta a todos los conductores en Alemania", señaló la canciller Angela Merkel hoy en Berlín, convencida de que la sentencia tendrá un impacto reducido.

Con este fallo, los máximos jueces allanaron el camino para la prohibición del uso de automóviles diésel en urbes en las que desde hace años se superan los niveles máximos de óxido de nitrógeno.

Hasta el momento, no estaba claro si las autoridades locales gozaban de la potestad suficiente como para aprobar tales prohibiciones. Desde los gobiernos regionales admitían que la ley no era del todo clara en este aspecto y precisaban además que no existía una reglamentación única a escala federal.

Los óxidos de nitrógeno (conocidos por sus siglas como NOx) son gases tóxicos que pueden dañar las vías respiratorias y los ojos si su concentración es elevada. También pueden causar problemas cardiovasculares y pulmonares.

De acuerdo con las cifras de la Oficina Federal de Medio Ambiente de Alemania, en casi 70 ciudades del país se registran niveles superiores a los permitidos. La lista la encabezan Múnich, Stuttgart y Colonia.

Cerca del 60 por ciento de la contaminación de óxido de nitrógeno es causada por el transporte y de este 60 por ciento, un 72,5 por ciento se debe a las emisiones de automóviles de motor diésel.

El debate sobre la prohibición de coches altamente contaminantes en entornos metropolitanos, que en un inicio tenía en Alemania un carácter puramente local, ocupa desde hace tiempo a la primera plana política del país.

La potencia europea ya ha sido apercibida en varias ocasiones por Bruselas, que tiene potestad para abrir expedientes o llevar ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea a aquellos países o ciudades que superen los niveles máximos permitidos de contaminación.

Los esfuerzos se redoblan para hacer equilibrios que sirvan para contentar a la poderosa industria del automóvil germana y a una ciudadanía cada vez más preocupada por el impacto que las emisiones tienen en el medio ambiente y en su salud.

Los fabricantes de automóviles de Alemania siguen apostando por el diésel, un combustible más económico que la gasolina por estar subvencionado.

En medio de toda esta polémica, las automotrices se ofrecieron a reducir las emisiones con actualizaciones de software, pero se han negado a efectuar cambios físicos en los motores alegando que los costes serían muy altos. Las organizaciones ambientalistas ya han avisado que con las mejoras de software no será suficiente.

Las autoridades, por su parte, han puesto en marcha un multimillonario programa de medidas para mejorar la calidad del aire en las ciudades que prevé una mayor frecuencia del transporte público, así como la renovación de la flota de autobuses.

El Gobierno de Angela Merkel también está considerando poner en marcha un plan de transporte gratuito en varias ciudades del país con el objetivo de motivar a los ciudadanos para que dejen sus automóviles en casa y, con menos tráfico en las carreteras, reducir los índices de contaminación.