Aplazan sin fecha sentencia de sobrinos de primera dama de Venezuela




Nueva York, Estados Unidos.

La justicia estadounidense aplazó sin fecha la sentencia de los dos sobrinos de la primera dama de Venezuela, hallados culpables de conspirar para enviar a Estados Unidos 800 kilos de cocaína.

Franqui Francisco Flores de Freitas, de 31 años, y su primo Efraín Antonio Campos Flores, de 30 años, debían ser sentenciados por el juez Paul Crotty este miércoles y jueves, respectivamente. Ambos enfrentan un mínimo de 10 años de cárcel y un máximo de cadena perpetua.

Pero la corte decidió el lunes aplazar las sentencias sine die tras recibir una carta de los abogados de los acusados en la cual piden más tiempo, y luego de la presentación de nueva evidencia el lunes por parte de la fiscalía.

Las nuevas pruebas incluyen chats telefónicos entre los dos acusados en los cuales intercambian fotos de una cabeza decapitada y un cuerpo desmembrado, y chats entre los acusados y otras personas en los cuales se discuten presuntos asesinatos.

"En este caso, el gobierno busca una sentencia a cadena perpetua contra acusados sin antecedentes penales, donde no hubo droga incautada y no hubo acusaciones de violencia", dijeron de su lado los abogados Randall Jackson y David Rody en la carta al juez Crotty.

"Esto es extraordinario en nuestro distrito y, a nuestro conocimiento, sin precedentes", añadieron.

La defensa de los acusados, ambos sobrinos de Cilia Flores, la esposa del presidente venezolano Nicolás Maduro, pidió por ende más tiempo para estudiar el caso.

"Los acusados no se van a ninguna parte, y mientras el gobierno intenta apresurar este proceso, creemos que estos temas son demasiado importantes como para tener esta prisa", indicaron.

Hace 10 meses, tras un juicio de nueve días, un jurado popular decidió por unanimidad que ambos eran culpables de planificar un vuelo que transportaría 800 kg de cocaína de Venezuela a Honduras, con Estados Unidos como destino final, a cambio de 20 millones de dólares.

Los dos fueron detenidos en Haití en noviembre de 2015 por la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, que llevó a cabo operaciones encubiertas en Venezuela y Honduras para capturarles.

Inmediatamente tras su arresto fueron trasladados a Nueva York, donde han permanecido en prisión desde entonces.