Infografía | Aniversario luctuoso de la Madre Teresa de Calcuta




Roma, Italia.

El Vaticano criticó en julio la decisión de la congregación de Misioneras de la Caridad de registrar como una marca el emblemático sari de la Madre Teresa de Calcuta, hasta el punto de que el papa podría llegar a pronunciarse al respecto.

"Santa Madre Teresa de Calcuta es un símbolo universal, amada por los creyentes, los no creyentes, los que creen de forma distinta", declaró el cardenal José Saraiva Martins, de 85 años, exprefecto de la Congregación de las causas de los santos, tras conocer los planes de las Misioneras de la Caridad, de los que informa el número del semanario italiano Panorama que aparecerá el jueves.

El alto prelado se enteró hace unos días, a través de la Agencia oficial de las Obras pontificias misionales AsiaNews, de que las autoridades indias habían dado su permiso para que las Misioneras de la Caridad de Calcuta registren los derechos del hábito de la religiosa.

Con esta inédita medida, cualquiera que utilice el hábito, en el formato que sea (fotos, películas, libros, etc) de la religiosa, tendrá que pagar los derechos.

"Es absurdo que por su sari blanco con ribetes azules uno tenga que pagar tasas", dijo indignado monseñor Saraiva Martins.

"Es la primera vez que oigo algo parecido, que por supuesto no honra la memoria de la santa", agregó, afirmando que debía ponerse fin a esta operación.

Al parecer, el cardenal no fue el único en indignarse a raíz de este caso en El Vaticano. Varios de sus homólogos también habrían manifestado su desaprobación y hay rumores que dicen que el papa no permanecerá indiferente.

Convertido en "el uniforme" de las Misioneras de la Caridad por todo el mundo, el sari de la Madre Teresa es blanco (símbolo de la pureza) con tres ribetes azules que representan la pobreza, la castidad y la obediencia.

Fallecida en 1997 en Calcuta a los 87 años, Anjezë Gonxhe Bojaxhiu, convertida en Madre Teresa, dedicó su vida a los pobres y a los enfermos. Fue galardonada en 1979 con el premio Nobel de la Paz.

En 2003, el papa Juan Pablo II la beatificó y el 4 de septiembre de 2016, el papa Francisco la canonizó.