La herrería y balcones de Guadalajara de los siglos XVIII y XIX, deben rescatarse del olvido
Fotografía: Ignacio Pérez Vega




Guadalajara, Jalisco.

El Centro Histórico de Guadalajara mantiene una riqueza en la herrería de sus fincas históricas y quizás la pieza más destacada es el kiosco de la plaza de Armas. Sin embargo, hay casos de deterioro notables, advirtió la historiadora América Arellano Cerritos, quien realiza recorridos guiados, organizados por el Patronato del Centro Histórico y Barrios Tradicionales.

El recorrido comienza en la plaza de Armas, sigue por la avenida Juárez, hasta llegar a la calle Ocampo. Ahí, el periplo sigue por la parte peatonal, a un costado del mercado Corona, hasta llegar a Reforma. En el caminar se ven casas que datan del siglo XVIII y la mayoría de la etapa final del porfiriato, correspondientes al siglo XIX.

Se hace una parada en el templo de San José y el grupo continúa por la calle Liceo, hasta concluir en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.

“A mí me ha gustado mucho recorrer mi ciudad y dolorosamente ver que se está acabando, nos la estamos acabando. Todo el patrimonio que vale la pena conservar no ha sido conservado en aras de la modernidad y de abrir calles, tumbar fincas. Y eso es muy doloroso, porque dices ‘aquí había una finca que pudieran haberla restaurado’”, señaló.

El propósito del Patronato del Centro Histórico y Barrios Tradicionales es que quienes aquí viven conozcamos el patrimonio arquitectónico que aún queda, que se valore y se exija su restauración, tanto a los particulares como a las autoridades, explicó América Arellano, quien además estudió las carreras de turismo y de ciencias sociales.

“Este proyecto es del Patronato del Centro Histórico. Esa es la finalidad, hacer conciencia en la gente de conservar lo poco que nos queda ya: la balconería es una de ellas. Históricamente, en México no tenemos mucho esa idea de la herrería, que llegó con los españoles”, dijo.

La historiadora señaló que los particulares tienen mucha responsabilidad en conservar el patrimonio que tiene Guadalajara, incluso, con pequeños arreglos a sus propiedades, muchas de las cuales se están cayendo.

“A mí me gustaría que los dueños de estas fincas le pusieran más atención. Darle una manita de gato, se vería mejor. Por ejemplo, que si ven que le falta alguna pieza a un balcón, ponérsela, en vez de que se siga destruyendo”, expresó.

La guía y amante de Guadalajara también realiza el recorrido “Capillas del Centro”, con el auspicio del Patronato del Centro Histórico.


Ignacio Pérez Vega