Guadalajara, Jalisco.

El Guadalajara Pride 2018 no dejó de exhibir júbilo, fiesta, impetu de increpar las miradas de inquisidores. La música electrónica y los bailarines gogos con solo un calzoncillo encima bailando en una tarima, sobresalían en el ambiente previo a la marcha de carros alegóricos y contingentes a pie, de lo que fue la primera de dos marchas del orgullo gay en la ciudad.

Los Vaqueros Maduros México vestidos con camisa roja y texana negra, se resguardaban bajo la sombra de un árbol sobre la avenida Vallarta a unos pasos de la glorieta de la Minerva.

De la Minerva a la plaza Liberación la marcha GDL Pride 2018, tenía como consigna divertirse entre todas orientaciones y preferencias sexuales.

Los arcoiris y las banderas me llevaron a platicar con un grupo de jóvenes altamente emocionados por estar ahí. Una chica portaba una corona pero no de certamen de belleza, sino de liberación.

Le pregunté cómo ha vivido el acoso sexual y narró un episodio traumático mientras iba a su escuela, el Conalep de Juanacatlán, donde pretendieron agredirla sexualmente y afirma que lo mejor es no guardarse.

La autodefinición y la libertad, son dos componentes imprescindibles en una marcha de orgullo gay, pero el Pride 2018 no fue en su totalidad un evento de júbilo. Patricia Margarita junto a su familia, sostenía lonas con el rostro de su hijo Jesús Eduardo Flores Campos "El Pollo". "Era del ambiente de la comunidad", me contó, pero hace tres años acompañó a su amigo Cristóbal, un travesti llamado La China a dar un espectáculo particular, y nunca volvieron. Ella sale a caminar en medio de la celebración gay, con la esperanza de pescar indicios que la ayuden a entender porque su hijo desapareció y encontrarlo.

Por la tarde Guadalajara el Pride 2018 de avanzada, pintó de arcoiris el centro rumbo a la macro Marcha del Orgullo Gay el 9 de junio.