Fuertes amenazas para conservar la selva Maya




Cancún, Quintana Roo.

La Selva Maya, el macizo de bosque tropical húmedo más extenso del hemisferio norte, enfrenta desafíos de conservación crecientes por la falta de políticas públicas de largo plazo que le dé certidumbre a sus áreas naturales protegidas que comparten tres países, México, Guatemala y Belice, dijo el conservacionista, director del capítulo Selva Maya de la Fundación para el Ecodesarrollo y la Conservación (Fundaeco), Francisco Asturias Ortiz.

Ex director del Parque Nacional Mirador Rio Azul y Biotopo Naachtun Dos Lagunas, el activista sostuvo que la existencia de áreas naturales protegidas en las tres naciones debería ser una gran oportunidad, pero los cambios de administración en tiempos diferentes, y sobre todo, la incompetencia de los responsables para gestionar apoyos, da al traste con los mejores propósitos.

Esto puede derivar en un creciente daño y destrucción de las selvas y sus bienes, sobre todo en el lado mexicano, donde se cuenta con mejores accesos y son aprovechados por cazadores furtivos y ejidatarios para el saqueo de plantas y especímenes protegidos, además de los buscadores de restos de la cultura maya, la antigua colonizadora de la selva.

Apenas en mayo pasado, se expulsó a una partida de campesinos provenientes del ejido Arroyo Negro, Campeche, porque además de cazar ilegalmente, destruyeron paradores de información del parque nacional.

Parque Nacional Mirador Rio Azul y Biotopo Naachtun Dos Lagunas se extiende sobre 147 mil 630 hectáreas (ha), y es parte de la gran Reserva de la Biosfera Maya, de Guatemala, que alcanza dos millones 160 mil hectáreas y es el área protegida con selva más grande de Mesoamérica.

Las reservas del lado mexicano, la federal Calakmul y las estatales Balam-Ku y Balam-kin, rebasan 1.3 millones de ha, además de la reserva de la Biosfera Montes Azules, en Chiapas, de 331 mil ha; mientras las diversas reservas privadas y públicas de Belice tienen más de medio millón de ha, para un gran continuo de selva protegida de 4.3 millones de ha.

Asturias Ortiz destaca que el “clientelismo político” desplaza a los técnicos más capacitados y ocasiona el arribo de oportunistas que desconocen todo sobre conservación, lo que repercute en la salud de la selva y la posibilidad de un proyecto de largo plazo.


Agustín Bernardo Del Castillo Sandoval