Guadalajara, Jalisco.

Habitantes de los poblados de la ribera de Poncitlán, de El Salto y de Atotonilquillo, realizaron una protesta frente a Palacio de Gobierno, en el contexto del Día Internacional del Medio Ambiente.

La petición directa al gobernador Enrique Alfaro Ramírez y al secretario de Salud, Fernando Petersen Aranguren, es que se atienda a los enfermos renales que existen en esas localidades, ya que una cirugía de trasplante de riñon cuesta $80 mil, las medicinas que se requieren otros $80 mil y el Seguro Popular no atiende a los enfermos.

Enrique Lira Coronado, representante del Foro Socioambiental de Guadalajara, expresó lo siguiente:

“Le estamos pidiendo a los dos, porque aquí se combina el tema ambiental con el tema de salud. El descuido y violación de leyes ambientales ha repercutido en una catástrofe de salud pública sin precedentes en Jalisco. Tenemos 800 mil enfermos renales que sitúan al estado en el segundo lugar mundial en enfermedad renal, solo Taiwán nos gana y el grave drama es que no tienen protección del Seguro Popular”, señaló.

Como lo han hecho en diversas protestas previas, los afectados por la contaminación del lago de Chapala y del río Santiago, llevaron ataúdes vacíos, para representar a los cientos de muertos caídos por enfermedades renales.

Fotografía: Ignacio Pérez Vega

Lira Coronado señaló que el secretario de Salud estatal debe exigir la intervención del gobierno federal.

“A él (al secretario de Salud) se le pide que exija al gobierno federal, con base en el artículo 73, fracción 16 sección II, que dice ‘la Secretaría de Salud federal tendrá la obligación, en caso de epidemia grave, de dictar las medidas inmediatas, para detener la catástrofe de que se trate’, en este caso, la catástrofe renal y es una obligación. Ahí mismo dice que el presidente de la república la debe sancionar, para que las medidas sean exigidas a todas las zonas afectadas”, aseveró.

Francisco de los Santos, habitante de Mezcala, municipio de Poncitllán, presentó el caso de su hijo, a quien le donó un riñón y tiene cuatro años con la enfermedad. En ese lapso, su familia ha gastado ya $1 millón de pesos y el Seguro Popular no les apoya.