Emiratos quiere un cambio de política, no de régimen en Catar




Dubái, Emiratos Árabes Unidos

Las medidas sin precedentes adoptadas por Emiratos Árabes Unidos y otros países contra Catar apuntan a presionar a Doha para que cambie su política, dijo a la AFP el ministro de Relaciones Exteriores, Anwar Gargash.

"No se trata de un cambio de régimen, se trata de un cambio de política", indicó en una entrevista con la AFP.

"El gobierno de Catar está en la negación", dijo Gargash, acusando a Doha de ser el mayor apoyo "del extremismo y el terrorismo en la región".

Los responsables de Catar "intentaron describir esto como un tema relacionado a la independencia de su política exterior, pero no lo es", añadió.

Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Baréin están entre el grupo de países que esta semana cortaron relaciones diplomáticas con Catar, en lo que es la peor crisis en la región del Golfo en los últimos años.

Los cuatro países suspendieron todos los vuelos hacia y desde Doha, y dieron a todos los ciudadanos cataríes dos semanas para abandonar sus países.

Este grupo de países acusa a Catar, emirato con abundantes reservas de gas y fronterizo de Arabia Saudita, de apoyar el extremismo.

Catar niega la acusación.

Kuwait lanzó un intento de mediación para resolver la crisis, que Gargash dijo era el resultado de una "acumulación de muchos, muchos años de política catarí subversiva y apoyo al extremismo y organizaciones terroristas".

Gargash describió al emir de Kuwait como a "uno de los sabios del Golfo", pero agregó que hasta el momento no ve "las condiciones" adecuadas para una mediación.

"Las condiciones deben comenzar con ese comunicado (de Catar), esa voluntad de Catar", agregó.

Entre esas condiciones figura un compromiso de Doha de no utilizar los medios de información que controla para "promover una agenda extremista", dijo el ministro.

Doha también debería actuar sobre aquellas personas sancionadas por la ONU y Estados Unidos y que "circulan libremente" en Catar, y cesar de ofrecer refugio a los líderes de la cofradía de los Hermanos Musulmanes, que tuvieron un rol en la "radicalización de la región".

"El apoyo que da además Catar al Hamas (palestino) es también un problema para la región", agregó Gargash, en referencia al movimiento islamista que controla la Franja de Gaza y desafía la Autoridad Palestina.

- Irán 'se beneficia' con la crisis -

Catar sigue siendo refugio de una gran cantidad de responsables de los Hermanos Musulmanes y de Hamas, ambos movimientos considerados como organizaciones terroristas por Estados Unidos.

"Intentamos convencer a Catar de cambiar el rumbo pero llegamos a un callejón sin salida", dijo Gargash, que esboza un paralelo con una crisis diplomática similar en 2014.

En esa ocasión, Arabia Saudita, Emiratos y Baréin llamaron a consultas a sus respectivos embajadores en Catar, en una disputa similar a la crisis de esta semana.

El boicot terminó luego de que Catar cediera a una serie de reclamos, que incluyeron reinstalar a los líderes egipcios de los Hermanos Musulmanes en Turquía, y cooperar con los Estados del Golfo en inteligencia y seguridad.

Catar selló no obstante alianzas regionales independientes a las de sus socios del Consejo de Cooperación del Golfo, por lo que Riad y sus aliados lo acusaron de servir a los intereses iraníes.

"Irán se beneficia con la crisis de muchas maneras", dijo Gargash, subrayando que Doha goza de "buenas" relaciones con Teherán y comparten un importante yacimiento gasífero.

"Catar quiere mantener abiertas todas las opciones", agregó.

El emirato catarí alberga la base aérea de Estados Unidos de Al Udeid, en donde están posicionados unos 10.000 militares norteamericanos, y es una plataforma crucial en la lucha contra el Estado Islámico y los grupos extremistas en Siria e Irak.