EEUU y México buscan impulsar la guerra contra las drogas en Centroamérica




Miami, Estados Unidos.

Líderes de Estados Unidos y México se reúnen este jueves en Miami con mandatarios de Guatemala, Salvador y Honduras para analizar estrategias para combatir el combate al crimen organizado en esta región azotada por el narcotráfico, la violencia y la emigración.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, intentará convencer a los agobiados países centroamericanos de que Washington seguirá ofreciéndoles apoyo para garantizar la aplicación de la ley.

Pero la Conferencia para la Prosperidad y la Seguridad en América Central, que termina el viernes, se realiza en momentos en que el gobierno de Donald Trump busca recortar los gastos en asistencia a sus vecinos.

A la conferencia, copatrocinada por Estados Unidos y México, también acuden delegados de Belice, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, la Unión Europea, Nicaragua, Panamá y España.

Estados Unidos ha sugerido que Canadá y Europa deben aumentar su mayor participación en los esfuerzos contra las drogas.

"Buena parte del producto que llega a través de Centroamérica en las rutas del tráfico da un giro hacia la derecha y se dirige a Europa Occidental", dijo William Brownfield, secretario de Estado adjunto.

Desde que el presidente Richard Nixon declaró la guerra contra las drogas en 1971, la batalla ha estado lejos de dar resultados.

Sin embargo, Brownfield -quien se ocupa de los esfuerzos antinarcóticos- cree que se han hecho progresos.

A través de la Iniciativa de Seguridad Regional Centroamericana (CARSI, un derivado de la Iniciativa Mérida que atiende a México), implementada en 2008, Estados Unidos ha invertido unos 1.000 millones de dólares para combatir el narcotráfico en el Triángulo Norte.

Según datos de las respectivas policías, los tres paísses registraron 15.809 muertes violentas en 2016, o 50,6 por cada 100.000 habitantes.

Esta violencia es adjudicada en gran parte a la proliferación de las pandillas, además del papel de la región como un lugar de paso en el tránsito de las drogas hacia Estados Unidos, y la impunidad.

- Falta de oportunidades -

"Lo que sucede en los países del Triángulo Norte afecta directamente la seguridad y el interés ecónomico de Estados Unidos y otros países de la región", dijo Tillerson al abrir la plenaria.

Los países del Triángulo Norte se tornaron foco de las atenciones de Estados Unidos después de una oleada migratoria en 2014.

Cerca de 100.000 menores sin acompañantes adultos llegaron a Estados Unidos desde El Salvador, Guatemala y Honduras entre octubre de 2013 y julio de 2015, huyendo de la violencia, el reclutamiento de las pandillas, la extorsión, la pobreza y la falta de oportunidades.

"Una Centroamérica convulsa, con falta de oportunidades, con violencia, es un enorme riesgo tremendo para Estados Unidos, para México y para la región", dijo el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández.

Los presidentes Salvador Sánchez Cerén (El Salvador) y Jimmy Morales (Guatemala) también asisten a la cita.

Durante la reciente crisis migratoria, el gobierno del presidente Barack Obama había diseñado un plan bautizado "Alianza para la Prosperidad", que contemplaba enormes recursos en ayuda económica, así como medidas para combatir la inseguridad urbana.

El plan, con algunas modificaciones, fue aprobado por el Congreso estadounidense, pero la llegada de Trump a la Casa Blanca vino acompañada de un anuncio de importantes recortes al presupuesto para esa región.

- Reclamos migratorios -

La dura retórica del gobierno de Trump contra los inmigrantes en situación irregular también constituye un elemento de inseguridad que está en discusión.

Para los tres países centroamericanos es fundamental garantizar que la Casa Blanca mantenga el Estatus de Protección Temporaria (TPS, en inglés) a los ciudadanos de esos países en Estados Unidos.

Mediante las remesas de dinero a sus familias, esas comunidades tienen un papel central en las economías de los tres países centroamericanos: se estima que en El Salvador y Honduras esas remesas representen más del 15% del PIB.

Frente a la sede de la Conferencia, en la Florida International University, un centenar de personas se manifestaba en contra de Trump y por los derechos de los inmigrantes.

"Mientras ellos están aquí discutiendo economía, nosotros queremos enviarles el mensaje de que somos el motor de la economía, que merecemos un camino a la ciudadanía y la renovación del TPS", dijo a la AFP Marleine Bastien, directora de Mujeres Haitianas de Miami.

Aunque el presidente Trump estará en Miami el viernes, la Casa Blanca no ha informado si tiene en agenda un encuentro con sus homólogos centroamericanos.