Frente a un diluvio de basura, Moscú libra un duro combate por el reciclaje
Fotografía: Andrei Borodulin - AFP




Moscú, Rusia.

"¡Ahí está, nuestra pirámide!", bromea Roman Yudakov al señalar una montaña de basura de 157 metros de alto. Un incinerador va a ser construido en este lugar, cerca de Moscu, pero para este vecino militante sólo el reciclaje resolverá la crisis de los desechos que azota a la capital rusa.

"La prioridad de las autoridades es quemar, no separar la basura" se lamenta este electricista de 36 años, ante el vertedero de Timokovo, el mayor de Rusia, instalada en una superficie de 113 hectáreas.

Este basurero gigante, abierto a fines de los años 1970, a unos 50 km al este de la capital rusa, acoge cada día a decenas de camiones contenedores. Desde 2013, del lugar emanan nauseabundos olores, causados por desechos tóxicos, según los vecinos, entre ellos Roman Yudakov.

Según las estadísticas, solamente 7% de los desechos son reciclados en Rusia, contra 43% en Francia y 68% en Alemania en 2017, según Eurostat. Más del 90% de los 70 millones de toneladas anuales de basura doméstica acaban en vertederos de todo el país, similares al de Timokovo, sin contar los numerosos sitios ilegales.

La gestión de la basura, muy desorganizada tras el fin de la URSS, volvió a surgir en el debate público hace dos años con manifestaciones en favor del cierre de los saturados vertederos en torno a Moscú, que produce 15% de los desechos rusos, y está hoy totalmente desbordado.

Como reacción, las autoridades cerraron 24 de los 39 vertederos de la región, pero obligando a las que perduran a acoger más basura.

Además, anunciaron las construcción de cinco incineradores, uno de ellos en Timokovo. pero persiste el descontento dada la lentitud de los cambios en curso.

- Basura al Gran Norte -

reciclaje Moscú Fotografía: Andrei Borodulin - AFP

Para reducir la avalancha de basura acumulada en la capital rusa, oficialmente de 12 millones de habitantes, las autoridades esperan enviar vagones enteros de basura al Gran Norte, en la región de Arkanguelsk.

Pero este proyecto ha provocado una gran oposición en esta región y en todo el país, y congregó en diciembre a 15 mil manifestantes.

Ante esta crisis, producto de uno de los principales temas de descontento en Rusia, el presidente Vladimir Putin prometió acelerar el reciclaje de basura para llegar al 60% de aquí a 2024.

Pero esta promesa suscita escepticismo de asociaciones, que opinan que solo las iniciativas privadas son actualmente eficaces.

"Las autoridades no hacen nada. Hacen creer que hablan de reciclaje (...) pero de momento no nos apoyan ni nos ayudan a encontrar locales. Todo debemos hacerlo nosotros", dice la moscovita Aliona Rudiuk.

La mujer trabaja en un exitoso centro de reciclaje abierto en noviembre por la asociación Sobirator, que colecta los desechos y los vende una vez que han sido reciclados. Todos los días, decenas de particulares vienen a dejar sus bolsas.

- Cambiar mentalidades -

Fotografía: Andrei Borodulin – AFP

Además de un centro de selección y reciclaje de desechos, la asociación tiene un camión que recorre Moscú para recoger basura a domicilio.

El fundador de Sobirator, Leonid Sinitsyn, reconoce que es un combate difícil: "Podemos mostrar cómo se debe actuar, pero no resolver el problema. Hace falta un cambio en las mentalidades y en la ley".

Una reforma que entró en vigor el 1 de enero creó en particular operadores regionales encargados de colectar y gestionar los desechos.

Pero según sus detractores , ello se ha traducido por un subida de las facturas locales de recogida de basura.

La AFP interrogó a las autoridades de la región de Moscú, que justifican el alza de precio debido a la instalación de basureros de reciclaje, y por el alza de los costes de transporte.

También alegan que hubo progresos con la inauguración el año pasado de tres centros de reciclaje, en un "tiempo récord, de tres a seis meses", y que se están construyendo otros nueve centros privados.

Según la región, ha habido además campañas este año ante 713 mil colegiales para sensibilizarlos ante el reciclaje.