El desencanto por la democracia: cada vez menos votan en las elecciones
Fotografía: Medios




Guadalajara, Jalisco.

Desde 1994, las elecciones presidenciales en México han venido a menos. Los datos históricos arrojados por el Instituto Nacional Electoral arrojan que cada vez menos porcentaje de personas mayores de edad acuden a las urnas a ejercer su derecho al voto.

El desencanto por la democracia y la clase política se nota en cada elección. Las elecciones concurrentes de candidatos presidenciales con candidatos a gobernadores y otros cargos de elección popular a nivel local, suelen ser más participativas que las elecciones intermedias.

Y aun así, ninguna elección ha superado el 80 por ciento de participación en los últimos 30 años.

En 1994, cuando Ernesto Zedillo ganó las elecciones después del atentado que terminó con la vida de candidato tricolor Luis Donaldo Colosio, las personas que acudieron a las urnas fueron 34.6 millones de votantes, lo que representó el 75 por ciento de la lista nominal.

Seis años después, en la primera vez que el Partido Revolucionario Institucional pierde la elección presidencial, participaron 37.1 millones de personas que acudieron a las urnas. Sin embargo, la lista nominal había crecido, por lo que el porcentaje de población en edad de votar que acudió a ejercer su voto fue el 63.23 por ciento de los integrantes del listado nominal.

En la elección del 2006, la más cerrada de la historia del México contemporáneo, la participación fue de 41 millones de electores. La primera elección de Andrés Manuel López Obrador contó con los votos de apenas el 57.9 por ciento de las personas que integraban el padrón electoral.

Ya para el 2012, con la elección que ganaría Enrique Peña Nieto y regresaría al PRI a los Pinos, la participación fue de 49 millones de personas que acudieron a votar ese domingo 1ero de julio. Sin embargo, el porcentaje del listado nominal incrementó respecto al año anterior, pero nunca volvió a ser el mismo que en 1994. Apenas participó el 62.6 por ciento de los electores que estaban en la lista nominal.

El informe Latinobarómetro 2017 señala se han registrado bajas sistemáticas de apoyo y la satisfacción de la democracia, así como de la percepción de que se gobierna para unos pocos.

“Es una democracia diabética que no alarma, con un lento y paulatino declive de múltiples indicadores, distintos según el país, y el momento, que permite de alguna manera ignorarlos como fenómeno social. Sin embargo, vistos en conjunto, esos indicadores revelan el deterioro sistemático y creciente de las democracias de la región. No se observan indicadores de consolidación, sino, acaso, indicadores de des-consolidación”.


Omar García