Guadalajara, Jalisco.

La determinación del gobernador del estado, Aristóteles Sandoval Díaz, de inundar Temacapulín y de trasvasar agua del río Verde a la ciudad de León, constituye un golpe duro para la economía y el estilo de vida de Los Altos de Jalisco, además de la injusticia a que son sometidos los habitantes de Temacapulín.

Por eso, el coordinador del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua de Jalisco, Juan Guillermo Márquez Gutiérrez, advierte que la decisión será combatida hasta sus últimas consecuencias.

Hay demasiada experiencia en el ámbito nacional y mundial que demuestra que los trasvases de cuenca son desastrosos. El debate en España por el caso del río Tajo al río Segura es un ejemplo actual.

El estudio de la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) busca, a su juicio, confundir, cuando el caso es muy claro.

El titular del observatorio prevé una intensificación de la ofensiva legal contra el trasvase, contra el proyecto de la cortina de El Zapotillo a 105 metros, y contra la licitud del contrato del gobierno del estado con la Unops.