La COVID-19 rara vez causa problemas graves o la muerte en los niños
Fotografía: EFE/Jorge Torres/Archivo




Madrid, España. 

Una investigación realizada con 582 niños enfermos de COVID-19 de toda Europa ha revelado que, generalmente, el virus solo causa síntomas leves y que rara vez provoca la muerte en los menores de 18 años, según un estudio publicado en la revista The Lancet Child & Adolescent Health.

El estudio, coordinado por la Red Europea de Ensayos sobre la Tuberculosis Pediátrica que integra a médicos e investigadores de 82 centros de pediatría de 25 países europeos, se realizó en niños y adolescentes desde los 3 días de edad hasta los 18 años que habían acudido al médico y habían sido sometidos a pruebas PCR de COVID-19, por lo que se excluyó a los casos más leves.

El estudio concluyó que, aunque la mayoría de los 582 niños ingresaron en el hospital (363 niños, el 62%), menos de uno de cada diez estuvo en cuidados intensivos (solo 48 niños, el 8%).

Durante el estudio murieron cuatro pacientes -dos de ellos tenían dolencias previas-, y todos eran mayores de 10 años, pero una abrumadora mayoría (578 niños, el 99%) estaban vivos al finalizar el estudio y solo 25 aún presentaba síntomas o necesitaba ayuda para respirar.

Aunque los investigadores advierten de que no hay que extrapolar las cifras del estudio a la población en general, sostienen que esta conclusiones deberían servir para planificar la demanda de servicios de cuidados intensivos a medida que avance la pandemia.

De los 582 pacientes del estudio, que se llevó a cabo en el pico inicial de la pandemia europea (entre el 1 y el 24 de abril), una cuarta parte (145 niños) tenía patologías previas, mucho menos que los pacientes adultos en los que la comorbilidades suele ser mucho mayor.

El síntoma más común reportado fue la fiebre (el 65%), cerca de la mitad (54%) presentaba signos de infección de las vías respiratorias superiores y una cuarta parte tenía indicios de neumonía,

También se comunicaron síntomas gastrointestinales en el 22% de los niños, 40 de los cuales no tenía ningún síntoma respiratorio, y 92 niños (la mayoría de los cuales fueron examinados debido a un contacto cercano con un caso conocido de COVID-19), carecían de síntomas (16%).

La gran mayoría de los pacientes no necesitó oxígeno ni ningún otro tipo de apoyo para respirar en ninguna etapa (87%) y únicamente 25 niños requirieron ventilación mecánica (4%), pero cuando la necesitaron fue por un período prolongado, a menudo por una semana o más (rango 1-34 días).

Por último, el estudio reveló que 29 niños estaban infectados con uno o más virus respiratorios adicionales al mismo tiempo que el SARS-CoV-2, como los virus del resfriado común o la gripe y, de ellos, el 24% requirió cuidados intensivos (7 niños) en comparación con el 7% de los niños a los que no se les detectaron virus adicionales, (41 niños de 553).

Los autores consideran que el número de pacientes que recibió tratamientos antivirales o inmunomoduladores fue demasiado bajo para sacar conclusiones sobre su eficacia, por lo que advierten de que "se necesitan urgentemente datos sólidos de ensayos clínicos para ayudar a los médicos a tomar decisiones" sobre la mejor estrategia de tratamiento para los niños.

Para el Dr. Marc Tebruegge, del Instituto de Salud Infantil Great Ormond Street de la UCL en Londres, Reino Unido, "el estudio proporciona la visión general más completa de COVID-19 en niños y adolescentes hasta la fecha".

El estudio pone de manifiesto que la mayoría de los niños y jóvenes solo experimenta una enfermedad leve pero también que "un número notable de niños sí desarrolla una enfermedad grave y requieren apoyo de cuidados intensivos, y esto debe tenerse en cuenta a la hora de planificar y priorizar los recursos de atención médica a medida que la pandemia avanza".

Para el Dr. Florian Götzinger, del Wilhelminenspital de Viena, Austria, "aunque la COVID-19 afecta a los niños con menos severidad que a los adultos en general, nuestro estudio muestra que hay casos severos en todos los grupos de edad y que aquellos que tienen problemas de salud preexistentes, así como los niños menores de un mes, tienen más probabilidades de acabar en cuidados intensivos".

Para la Dra. Begoña Santiago-García, del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, "saber que los niños en los que se detectaron virus adicionales en el tracto respiratorio al mismo tiempo que el SARS-CoV-2 tenían más probabilidades de ser admitidos en cuidados intensivos, podría tener importantes consecuencias para la próxima temporada de invierno, en la que las infecciones por resfriado y gripe serán más comunes".