Corte Suprema de EEUU rechaza poner fin al rediseño de distritos electorales
Fotografía: AFP




Washington, Estados Unidos.

La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos rechazó este jueves limitar una antigua pero cuestionable práctica de la democracia estadounidense: el sutil arte de crear distritos electorales para favorecer al partido en el poder.

El máximo tribunal, que ha tratado el tema varias veces antes, rechazó invalidar dos nuevos mapas electorales, uno en Carolina del Norte -considerado por críticos favorable a los republicanos- y otro de Maryland, beneficioso para los demócratas.

La decisión fue aprobada por una escueta mayoría: cinco jueces conservadores dictaminaron que no correspondía al tribunal involucrarse en esta cuestión política. Sus cuatro colegas liberales tomaron el punto de vista opuesto.

En Estados Unidos, los mapas electorales de los estados vuelven a dibujarse cada diez años, cuando se hacen los censos. El partido en el poder se beneficia de concentrar a los votantes de la oposición en determinados distritos para disminuir su influencia en otros lugares.

La práctica se conoce como 'gerrymandering', término que se compone del apellido de un gobernador de Massachusetts de comienzos del siglo XIX llamado Elbridge Gerry, y 'salamander', salamandra en inglés. Gerry aprobó en 1812 un distrito en su estado delineado tan trabajosamente que su forma parecía la de ese anfibio.

El diseño de los distritos electorales se facilita en Estados Unidos por el hecho de que, en la mayoría de los estados, a los votantes se los alienta a registrarse como "demócrata", "republicano" o "independiente", designaciones que les permiten participar de las primarias de sus partidos.

Sin embargo, los críticos del 'gerrymandering' se han multiplicado. Manifestantes se reunieron fuera del tribunal supremo en marzo cuando se celebraron audiencias sobre los casos de Carolina del Norte y Maryland.

El exgobernador de California, Arnold Schwarzenegger, pidió a la corte que "ponga fin" a esa práctica y les diga a los manifestantes que los villanos no son los partidos sino los políticos que "siguen dibujando las líneas del distrito para mantener sus puestos de trabajo en lugar de representar a la gente".