Congreso de Estados Unidos se dispone a votar ayuda por Harvey




Washington, Estados Unidos.

La primera factura del huracán Harvey llega esta semana al Congreso de Estados Unidos, que se prepara a votar rápidamente una ayuda de urgencia de unos 8 mil millones de dólares, en medio de tensas disputas parlamentarias.

La mayoría parlamentaria republicana y el presidente Donald Trump, que no han logrado la aprobación de ninguna ley de importancia en este año, deben antes de fin de mes aumentar el techo de la deuda para evitar que se produzca el primer default de la historia de Estados Unidos, y adoptar un presupuesto para que el Estado federal pueda funcionar desde el 1 de octubre, comienzo del año presupuestario 2018.

El reinicio de la actividad política tras el receso del verano boreal se anunciaba como un combate entre las facciones conservadora y moderada de los republicanos, por un lado, y entre los republicanos en su conjunto y la oposición demócrata, por otro.

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El huracán Harvey calmó los ánimos. Para no exhibir una imagen de burócratas ajenos a los sufrimientos de cientos de miles de personas que en Texas y Luisiana intentan reconstruir sus anegadas viviendas, legisladores de ambos partidos se han declarado dispuestos a votar todo lo necesario para que la administración federal no se paralice y el dinero pueda fluir hacia esos estados sureños.

Los legisladores vuelven este martes al Capitolio, y el miércoles la Cámara de Representantes votará dotar con 7 mil 400 millones de dólares suplementarios a la agencia federal para situaciones de emergencia FEMA y con 450 millones a la administración federal encargada de entregar préstamos a los propietarios de pequeñas empresas tras una catástrofe natural. Luego le tocará el turno al Senado.

Se trata tan sólo de un adelanto. La factura total de Harvey superará los 150.000 millones de dólares, según varios altos funcionarios.

Los republicanos pretenden actuar con rapidez para evitar repetir el psicodrama de 2012, cuando el parlamento discutió durante más de tres meses para llegar a un acuerdo sobre el monto de las ayudas a los damnificados por el huracán Sandy, que había asolado la costa nororiental del país.

- Examen de autoridad -

"No queremos volver a cometer el error de Sandy", comentó el senador republicano Roy Blunt el domingo NBC. En 2012, el Congreso votó un paquete de asistencia de 60.000 millones de dólares.

Luego de Harvey, los legisladores deberán examinar la ley de finanzas y llegar a un acuerdo sobre los 1,1 billones de dólares que requiere para funcionar el Estado federal a lo largo del año presupuestario 2018.

Es probable que se limiten a darle a la administración un respiro de varios meses y no el dinero que necesita para todo el año.

El techo de la deuda lo fija el Congreso, que habitualmente lo aumenta para permitirle al Tesoro solicitar préstamos en los mercados.

El secretario del Tesoro advirtió que el 29 de septiembre se le acaba el dinero; la fecha podría adelantarse en virtud de los gastos imprevistos ocasionados por Harvey.

Por lo general, los conservadores se oponen a aumentar el techo de la deuda sin contrapartidas, una manera de presionar para ir recortando el presupuesto del Estado en algunos dominios.

Los jefes de la mayoría parlamentaria podrían este año inclinarse por respaldar una sola ley que incluya las ayudas de urgencia por el huracán y el techo de la deuda.

Los veteranos del Congreso temen a su vez por la prolongación de una guerra de trincheras que ha desembocado en la actual paralización de la discusión parlamentaria sobre las reformas de las leyes de salud e inmigración y que amenaza con bloquear uno de los principales proyectos del presidente Donald Trump: la reforma fiscal.

Uno de los referentes republicanos, el senador John McCain, convocó, en una reciente columna en el Washington Post, al pragmatismo.

"Es más necesario que nunca, cuando el Congreso debe gobernar con un presidente que no tiene experiencia de poder político, está mal informado y puede ser impulsivo en sus palabras y su comportamiento", afirmó.

Para Trump, el período político que se inicia constituye un nuevo examen de su capacidad de liderazgo. Tras haber duramente criticado a los jefes de su partido en el parlamento, este martes los recibe en la Casa Blanca.