Cómo reducen su huella de carbono los estadounidenses preocupados por el clima
Mientras los líderes mundiales se preparan para las cruciales conversaciones sobre el clima COP28 en los Emiratos Árabes Unidos el próximo mes, algunos estadounidenses conscientes del medio ambiente están demostrando que es posible controlar sus emisiones de carbono, alineando sus acciones con sus valores en un país donde esas opciones de estilo de vida son raras. (Foto de Bastien INZAURRALDE / AFP)




Washington, Estados Unidos.

Bala Sivaraman conduce un auto eléctrico por Washington, compra ropa y muebles usados y prepara sus platos veganos en una cocina de inducción con la que sustituyó su horno de gas.

Sim Bilal utiliza exclusivamente el transporte público -algo nada fácil en Los Ángeles, una ciudad centrada en el automóvil-, usa dispositivos electrónicos reacondicionados y vive en un apartamento con paneles solares.

Mientras los líderes del mundo se preparan para reunirse el mes que viene en Emiratos Árabes Unidos en la COP28, algunos estadounidenses preocupados por el clima están demostrando que es posible frenar sus emisiones de carbono, alineando sus acciones con sus valores en un país donde este tipo de opciones son poco frecuentes.

"Cuando nos inundan tantas noticias apocalípticas sobre el clima, puede resultar muy difícil sentir que tenemos algo en lo que apoyarnos", dice Sivaraman a la AFP.

"Lo que tiene de poderoso vivir una vida sostenible o comprometernos con prácticas de residuos cero es que nos da esa sensación de esperanza, porque nos devuelve nuestro poder".

Ambos jóvenes, que viven en extremos opuestos del país, trabajan como activistas medioambientales y tienen una huella de carbono de entre tres y cuatro toneladas al año, según estimaciones auto declaradas que calcularon por carbonfootprint.com.

Esta cifra es muy inferior a la huella anual media de los estadounidenses, que ronda las 15 toneladas, más del triple del promedio mundial.

En un fresco día del otoño boreal, Sivaraman lleva su composta un huerto comunitario: abre un contenedor especial y coloca dentro restos de perritos calientes vegetarianos, platos de cartón y otros productos.

"Esto era de una fiesta en el refugio de animales de mi amigo el otro día", cuenta este hombre de 28 años que trabaja en comunicaciones para la organización sin fines de lucro Earthjustice, mientras cubre el montón con los residuos secos para ayudar en el proceso de descomposición.

Después de seis meses, la tierra rica en nutrientes se utiliza en las parcelas vecinas para que crezcan tomates, cilantro y otras hortalizas.

"El compostaje evita que los residuos orgánicos acaben en los vertederos", explica, y como se descomponen en presencia de oxígeno, producen mucho menos metano, que afecta al clima. También ayuda a fomentar un sentido de comunidad y propósito común, añade.

El ahorro y el patinaje 

Bilal, de 21 años, se decidió por primera vez a actuar el año pasado tras interrumpir los debates de la alcaldía de Los Ángeles, convirtiéndose en noticia local al encabezar las peticiones para que los candidatos hicieran públicos sus planes de acción climática.

"Es el principal problema para mi generación", dice a la AFP. Ahora organiza la coalición California Green New Deal y Youth Climate Strike en Los Ángeles.

Aunque obtener el carnet de conducir es un rito de iniciación para los adolescentes estadounidenses, cuando cumplió 16 Bilal decidió que no lo era para él debido a las emisiones asociadas.

Cuando no viaja en el metro de Los Ángeles o en trenes interurbanos, se le puede encontrar montado en su One Wheel, una patineta eléctrica autoequilibrada que considera esencial para recorrer el último kilómetro, en una ciudad donde el transporte público puede escasear.

La ropa que lleva durante una entrevista en video tiene cuatro años y su iPad es un modelo de hace cinco años que mandó a reparar recientemente tras romperse la pantalla, en lugar de comprar uno nuevo.

"Es difícil, porque algunas cosas parecen realmente geniales... quizá quieras seguir una tendencia, pero para mí no vale la pena el costo", añade.

Sivaraman, que también participa en acciones directas con el Movimiento Sunrise y fue detenido por primera vez en septiembre en el edificio de la Reserva Federal de Nueva York, afirma que su salud y bienestar no han hecho más que mejorar desde que toma decisiones más conscientes sobre el clima.

  • La idea de que abandonar los combustibles fósiles provocaría "vidas tristes y miserables" es una "táctica de relaciones públicas muy eficaz" promovida por la industria, afirma.

"En todos los ámbitos: salud, felicidad emocional, financieramente... Hay muchos beneficios en llevar una vida sostenible y sin residuos, y yo soy la prueba viviente de que es así".