Arena y distancia: las playas estadounidenses de Georgia se llenan
Fotografía: Chandan Khanna - AFP




Tybee Island, EEUU.

Cientos de personas se volcaron este sábado a las playas de Georgia, el estado estadounidense que comienza a salir progresivamente del confinamiento, tratando de mantener distancia entre sí.

Aunque apenas el viernes el gobernador del estado, el republicano Brian Kemp, decretó la reapertura de varios tipos de comercio, las playas han estado abiertas desde el 5 de abril.

Ese día Kemp canceló los decretos municipales de cierre, para disgusto de los legisladores locales que habían impulsado la medida.

Alentadas por las declaraciones del gobernador, cientos de personas acudieron el sábado las playas de Tybee Island, uno de los destinos turísticos más populares de Georgia.

Las dimensiones de la playa, cuya arena hasta llegar a la orilla tiene unos 200 metros de ancho, permitieron a los bañistas mantener distancia pese a que fue una de las asistencias más fuertes del año.

"No tengo miedo" de contraer el virus, dijo Rachel Lilly, una madre y ama de casa de 39 años, "siempre y cuando no esté lleno. Pero si todos hacen lo que estamos haciendo nosotros, va a ser un problema".

Vehículos todo terreno recorrían la playa para recordar a la gente que respetara las distancias recomendadas, así como la prohibición de acostarse en la arena.

Algunos desobedientes, apostados en sus toallas tomando el sol, fueron llamados al orden.

La extensión de arena, ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Savannah, está por los momentos reservada a que las personas paseen, se bañen y hagan ejercicio.

Solo a unos pocos se les veía equipados con máscara, el accesorio que forma parte ahora de la vida cotidiana de millones de personas.

"Esto es más seguro que ir de compras", dijo Mckenzie Scharf, en bikini, mientras su hijo de cinco años volaba una cometa de Spiderman.

"¿Cuánto tiempo se supone que debemos estar prisioneros?", preguntó.

- Apariencia de normalidad -

A principios de abril, la alcalde de Tybee Island, Shirley Sessions, se manifestó públicamente en contra de la reapertura de sus playas al considerar que eso ponía "en riesgo tanto a empleados como a visitantes".

Desde entonces, el gobernador fue más lejos y decretó la reapertura el viernes de una serie de comercios que incluyen salones de belleza, tiendas de tatuajes y salas de bowling.

El lunes será el turno de restaurantes y teatros de ser autorizados para recibir nuevamente al público, aunque bajo ciertas condiciones.

Varios legisladores locales, incluida Keisha Lance Bottoms, la alcalde de la ciudad más grande del estado, Atlanta, pidieron a sus electores que ignoren los anuncios del gobernador Kemp.

El presidente Donald Trump, entretanto, después de dar su aprobación al gobernador en privado según sostienen varios medios estadounidenses, sostuvo públicamente el miércoles que le había dicho que se oponía a la decisión.

"Adelante", exclamó Harold Heyman, un agente de bienes raíces de 75 años, sobre la reapertura de ciertos negocios, diciendo que estaba a favor de acabar con el confinamiento.

Con unos 24 °C al sol y sin una nube, Tybee Island ofrecía una postal de vacaciones y un olor a protector solar flotaba en el aire.

Los bañistas buscaban una apariencia de normalidad en un estado donde la COVID-19 ha dejado ya 904 muertos.

"Esto se siente realmente bien", dijo Rachel Lilly, "como se supone que debemos sentirnos".