Alexander Vivero: un niño prodigio de la música con una vida normal




Autlán de Navarro, Jalisco. 

Este niño tiene un don, uno de los mejores y más excepcionales de su clase. Con seis años de edad fue seleccionado en el Estado de Jalisco por Yamaha México (marca de instrumentos) para interpretar su primera composición "La ardilla saltarina". A los nueve ganó el primer lugar en el concurso de composición infantil de la Fundación Helena Colina, en Alicante España, con su obra para piano y tres violines "Traviesa gotita de lluvia".

Fuera del escenario se muestra sonriente, nervioso frente a las cámaras y grabadoras, pero basta con ponerle frente a un piano, aunque este sea de mayor tamaño que él, para ser poseído por su don y con una brillante cascada de notas deslumbre a sus espectadores, no de vez en cuando, sino una y otra vez, constantemente.

Su nombre es Alexander Vivero, tiene 10 años y su don, es el don de la música. Su debut en Autlán fue en el tercer festival de piano Aurea Corona, donde interpretó obras de Bach, Haydn, H. Hernández, P. Glass, A. Jachaturián y su propia obra. Todas en perfecta secuencia, debido equilibrio y de memoria. Una proeza que escapa a la imaginación de la mayoría de las personas.

Este tipo de don es innato, pero florece con años de trabajo incansable tanto de los padres, el alumno y el profesor. El trabajo del profesor es crucial, se necesita alguien con experiencia, sensibilidad y alto nivel artístico para poder transmitir los conocimientos al joven pupilo, alguien como Joel Juan Qui, que además de ser concertista profesional con un vasto repertorio y catedrático en el departamento de música de la Universidad de Guadalajara, cuenta con una maestría en ciencias de la educación con especialidad en Pedagogía. Ha sido su mentor desde hace poco más de un año, durante este tiempo ha pulido técnica, estilo e interpretación. Es quien le ha dado el impulso para alcanzar el nivel artístico que tiene actualmente.

Fundamental el papel del profesor 

Sobre los retos que implica formar a un pianista con estas características Joel Juan Qui comenta que es necesario un profundo conocimiento de la psique infantil y sentido común.

“Los retos que se generan para instruir pianísticamente a un alumno de las características de Alexander, definitivamente requieren de una preparación pedagógica con un profundo sentido común, conocimiento de psicoanálisis infantil y una creatividad espontánea por parte del maestro. Los retos que se generan a través de una enseñanza que requiere todo este tipo de herramientas por así decirlo, deben conjugarse para lograr uno de los objetivos, tal vez el primordial en el alumno, que es apostar a que todo lo que hace el alumno en este caso a través de la ejecución pianística, le produzca la más infinita felicidad al realizarlo

Seleccionar un repertorio para un estudiante, aunque este sea notable, no es tarea sencilla, una mala elección podría resultar en frustración y alejaría al discípulo del camino.

“La selección del repertorio debe estar sustentada en el conocimiento de las obras para instrumentos de teclado desde el siglo XVIII hasta la actualidad. Debe considerarse las capacidades fisiológicas, emocionales, intelectuales y de creatividad que posea cada alumno. Para tener una mejor imagen o panorama de esta situación, es necesario trabajar previamente durante un tiempo con el alumno para conocerlo un poco más profundamente. El repertorio nunca debe ser seleccionado a través de un antojo, una ocurrencia o un capricho. Debe ser seleccionado cuidadosamente para no provocar un fracaso y una frustración en el alumno sino todo lo contrario. Debemos conocer el tamaño de sus manos, la agilidad con la que se transfieren los movimientos de los dedos sobre el teclado del piano y la forma como puedan divertirse entre alumno y maestro recreando el repertorio que van a tocar”.

Verle tocar obras del repertorio clásico y Mozartiano parecen muy adecuadas para un joven prodigio, pensar en la vida y obra del genio de Salzburgo y compararlo con Alexander resulta inevitable, no obstante Vivero incluye dentro de su repertorio obras del siglo XX y XXI, cuyos valores estéticos se han visto afectados por la complejidad histórica y procesos sociales, lo cual exige aún más del ejecutante.

“Tocante a la música del siglo XX y XXI en infantes, se selecciona de la misma manera. Antes de eso, debe haber una preparación de ejecución de obras que vayan en la transición histórica propia de la naturaleza de esas composiciones. El segmento histórico de partida más común es a partir del periodo impresionista para después incursionar en los géneros que se suscitan después de la Primera Guerra Mundial pasando por la segunda escuela de Viena (Schoenberg, Berg y Webern). También debe de existir una capacitación sobre algo que yo llamo en lo personal la cultura del sonido pianístico, donde el alumno debe de conocer la calidad y capacidad de vibración de las cuerdas del instrumento para la conformación de atmósferas sonoras. Esto es por citar solamente algunos aspectos que podrían ayudar a preparar a cualquier alumno a abordar la música contemporánea por así decirlo. Hay que recalcar que para poder ejecutar esta música, se necesita un fuerte bagaje cultural en técnica pianística, hay muchos charlatanes de la responsabilidad de ostentar una capacidad interpretativa que no está sustentada con una resolución solvente de los problemas técnicos pianísticos que exigen dichas obras”.

La historia de la música clásica occidental registra numerosos casos de niños prodigio desde el siglo XVIII y XIX (Mozart, Beethoven, Chopin, Liszt, Mendelssohn, Shostakovich etc.) hasta el presente, lo cual no quiere decir que este tipo de talento no haya existido antes, ni solamente en Occidente. Uno de los retos que enfrentan estos prodigios al poseer una mente brillante e inquieta es el aburrimiento.

“Hay que mencionar también que debe de existir una capacidad lúdica creativa en los procesos de enseñanza y aprendizaje con niños de las características de Alexander. El juego definitivamente, es una de nuestras herramientas más preciadas para poder concretar la enseñanza que requiere el repertorio que está abordando en estos momentos. Una postura al estilo Magister dixit, no funciona en lo absoluto pues castraría todo sentido de alegría y felicidad en ese proceso de aprendizaje para el niño”.

Él lleva una vida normal 

Mientras tanto para Alexander su vida es normal “como, me baño, voy a la escuela, juego X-box y toco el piano, yo soy feliz así” dice entre sonrisas el joven prodigio.

¿Cómo gestiona su tiempo un niño de 10 años que aparte de sus estudios escolares se prepara para sus clases y recitales?

“Mi vida es normal, obviamente con estudio de piano, cuando tengo días de clase estudio menos por las tareas, en vacaciones hasta cinco horas, siempre trato de repartir mi tiempo”.

Para muchos jóvenes la música de concierto es algo aburrido, o para personas mayores, Alexander nos demuestra todo lo contrario. Al preguntarle ¿Cómo involucrar al público joven con el repertorio de los grandes compositores?, el joven músico tiene una respuesta clara.

“Tienen que encontrar el gusto, tienen que buscar qué es lo fascinante de esta música, escuchar mucha música, esto es algo que llega de manera gradual después de haber escuchado y estudiado la historia de la música. A los estudiantes de música les recomiendo que estudien si quieren llegar a lo grande, pero tampoco se saturen, repartan bien su tiempo de práctica y descansos”.

Alexander vivero se presentará este viernes 08 de noviembre a las 19:00hrs en el aula magna del centro cultural José Atanasio Monroy como parte de la agenda cultural 2019-B organizada por la Coordinación de Extensión del Centro Universitario de la Costa Sur. La entrada es libre.


Antonio Díaz