Por un “acto racista” le quitaron a sus tres hijos en el Hogar Cabañas, pero ya los recuperó



Guadalajara, Jalisco.

Tras una larga lucha de 4 años y 7 meses, Esperanza Méndez Cruz, una madre indígena mixteca que vende dulces y artesanías de palma en las calles, logró recuperar del Hogar Cabañas, a sus tres hijos, en un “claro acto de injusticia, con tintes racistas”, dijo su abogado Óscar González Garí.

A Esperanza la culparon de ser “mala madre”, luego de que su pareja violó a su hija de 2 años de edad, cuando ella vendía –un domingo- su mercancía en la vía pública, en abril de 2014.

El Ministerio Público (MP) la criminalizó en mayo de 2014 y el Hogar Cabañas le quitó a sus tres hijos y la demandó judicialmente para retirarle la patria potestad de sus pequeños.

Entre las principales anomalías del caso, a Esperanza le hicieron firmar un papel para quitarle con engaños a sus hijos, pese a que ella es analfabeta.

“Dije: ‘Es mi culpa lo que pasó y es mi culpa’. Cuando salió la niña del Hospital Civil llegaron dos personas (una mujer y un hombre). Me dijeron que tengo que firmar unos papeles, pero como yo no se leer ni escribir, era muy difícil para mí. Me dijeron ‘firma aquí porque es muy importante’. pero no se leer. ‘No tienes nada de que preocuparte’, dijeron”, relató.

El Hogar Cabañas le impidió a Esperanza visitar a sus tres hijos, por orden de la ex directora Martha Alicia Ibáñez, quien la culpó de la violación de la pequeña, al descuidarla.

“(Yo pensé) Como que se está aprovechando de mí, me está echando la culpa de lo que yo hice. Lo hizo el papá y hasta a mí también me castigaron y me quitaron a mis niños. Fueron cuatro años y medio. El papá está en el Penal (de Puente Grande)”, señaló.

La Red Jalisciense de Derechos Humanos tomó el caso de Esperanza y presentó un juicio de amparo para que la madre pudiera ver a sus hijos. El asunto lo llevaron a la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ), que en abril de 2015 decidió “archivar” el caso y no emitió medidas cautelares, informó el abogado Óscar González Garí, presidente de la Red.

“De parte de nosotros tomamos el caso y lo extendimos a la CEDHJ para que coadyuváramos las dos instituciones a favor de los derechos de ella, porque era evidente que había una actitud racista, puesto que se le juzgaba a Esperanza tan culpable como el que estaba detenido en Puente Grande, su pareja. Si ella lo denunció es una prueba de que no está de acuerdo en lo que hizo él”, expuso.

El 21 de noviembre pasado, 9 días antes de concluir su gestión, la directora del Hogar Cabañas se desistió del juicio contra Esperanza y le regresó a sus tres pequeños, sin siquiera expresar una disculpa verbal.


Ignacio Pérez Vega